Se habrán leído y se leen muchas opiniones, como era de esperar. Pero también era de esperar, como es el caso, que también diga la mía. Me sentía con dicha necesidad ante un asunto tan complejo.
No hay mayor legalidad o legitimidad que la libertad de expresión, el derecho a decidir, el derecho a reunión, eso sí, siempre que se realicen desde un respeto profundo hacia otras culturas, igualdad y justicia social. Y no hay mayor desprecio a la democracia, derechos civiles y legalidad vigentes que la que está ejecutando con el máximo de recursos posibles, por ejemplo, el Partido Popular y su Gobierno. El PSOE y Ciudadanos a su vera, por supuesto, no nos olvidemos. La represión violenta con la que se empleó la policía nacional el pasado 1 de Octubre es y será difícil de olvidar. ¿No podías entrar de paisano a los colegios electorales, escoltado por Mossos d’Esquadra si querías y requisar o lo que tenías que hacer como un simple mandado, pero sin porras y pelotas de goma? Por lo visto no, parece que existía la necesidad de hacer una demostración de fuerza ante un acto tan pacífico y civilizado como era y es depositar un voto. Que al fin y al cabo, si se estaba celebrando un referéndum ilegal, sin garantías jurídicas de por sí, por las actuaciones policiales del otro día parecía todo lo contrario. Una imagen que está dando la vuelta al mundo.
¿Que el Govern de la Generalitat sólo siguió su camino a través del Parlament, amparándose en su mayoría independentista y republicana (Obtenida a través de unas urnas, no lo olvidemos)? La respuesta es sí. ¿Qué el referéndum de autodeterminación no está contemplado legalmente en la Constitución? La respuesta es sí. ¿Qué la Constitución se puede cambiar, siempre con voluntad política, diálogo, pactos, no a golpes a diestro y siniestro, y siempre y cuando tengas amplitud de miras? La respuesta es sí. Habría que preguntarles entonces, ¿Modificar la Constitución es legal?
El mensaje desde el Estado central que se nos ha ido transmitiendo a lo largo de estos años y siglos, sí, años y siglos, por que esto no es flor de un día, fue «que se debe cumplir la ley». Perfecto, pero haz algo más (Igual, es mucho pedir), por que lo que una parte de la sociedad está exigiendo, a través de un voto, es el poder decidir qué grado de relación quiere mantener con España, con todo lo que ello pueda conllevar a nivel social y económico y donde la finalidad no es otra que mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. No creo que exista otra meta que esa. Totalmente legítimo y legal, si se quiere que así sea.
Según desde que medio de comunicación o tertulia se siga o haya seguido el curso de esta clase de acontecimientos, un@ verá con una facilidad pasmosa cómo se tiende a catalogar o a etiquetar actitudes y comportamientos ciudadanos. Esto no va de «El desafío independentista» tal como titula en un especial el diario El País o «Los secesionistas hacen mucho daño a España» o también «Un referéndum fractura un país, no es bueno». Esto va, en todo caso, de hacer valer la democracia como se merece, respetándola, escuchándola y dialogando. Hacer valer la democracia y los derechos civiles no sólo consiste en ir a votar cuando se celebran Elecciones Generales, Autonómicas o Municipales, existen más maneras, métodos y comportamientos civilizados. Por que si partimos de la base que un referéndum, lo que hace, es romper un país, la convocatoria de unas elecciones también lo puede hacer, según el resultado que haya salido. Es triste escuchar voces de este tipo, cuando España sí sufrió la mayor de las fracturas que pueden haber en la actualidad, como la Guerra Civil del 1936. Ah, pero claro, se me olvidaba, la convocatoria de unas Elecciones Generales sí las contempla la Constitución …
Y como viene siendo habitual una vez finalizada la temporada estival, el paro ha subido. ¿Ahora viene el otoño del empleo en su máximo apogeo con muchas ofertas de empleo y mucho trabajo?